viernes, 30 de septiembre de 2011

Mini Book. Rodarte y DK 012



Inspiración y nuevas propuestas para el verano 012, con el eterno retorno de los estampados, las flores, y el color, en la última semana de la moda en Nueva York.














































lunes, 12 de septiembre de 2011

La despedida del cisne



Gregoire Eloy vio el final de un capítulo dramático en la vida de John Galliano.
El diseñador cerró una noche trágica en un bar de París por un exabrupto que le costaría parte de su vida dedicada a la Casa Dior (y que ha sido comentado hasta el cansancio por todos los medios), la histórica firma no lo quiso ver más y lo despidió.

Hace poco Galliano pidió perdón por los insultos racistas contra una pareja en el bar La Perle, y el Tribunal de París lo ha condenado con 6.000 euros de multa, y sus abogados lo han salvado de pasar seis meses en la cárcel por tal insensatez.

El príncipe cae, y un secreto triste sale a la luz, su adicción a los somníferos y al alcohol, y su duro proceso de desintoxicación. ¿Teníamos que enterarnos de su soledad, de sus demonios? Galliano fue simplemente devorado por los medios.
El loco, el diseñador que quiso ser estrella, y lo logró, el protagonista de cada desfile, se transformó a través de los años frente a nuestros ojos en un personaje distinto; un día era un pirata, un dandy, un domador de circo, un chico del siglo XIX, una estrella de rock, y una parte del público lo amaba por ello y la otra, no lo soportaba.

Pero lejos del escándalo y de las primeras planas de los periódicos, sus colecciones eran un paseo precioso por la historia de la moda, cada desfile era un cuento que él inventaba en diferentes temporadas, y fascinados veíamos a una joven renacentista, a una virgen polaca, una dama de los años 20 con la mirada perdida, una ninfa sin espacio en este mundo. Quizá Galliano también se perdió en el camino, con su fama, su soledad y sus arrebatos de divo.
¿Qué ansiaba Galliano del mundo de la moda o del mundo? ¿Qué deseaban las firmas de él?

Por eso la exposición del fotógrafo Gregoire Eloy inspirada en los últimos desfiles de Galliano llamada la “"L'Ombre du Cygne" ("La Sombra del Cisne") captura toda la nostalgia de un momento que existió, con las modelos en un baile de bellos espectros a punto de desaparecer, con un juego de luces mortecinas en un tiempo que pudo ser fantástico.

Es la primera vez que Eloy ingresa a este espacio de la moda, primero como un extraño y luego como el cómplice de un epílogo de esta etapa del diseñador. Su trabajo lo ha llevado por zonas de conflicto para plasmar parte de la decadencia de lugares desolados, escapes de refugiados, hogares abandonados, a color, o puede “quemar” en blanco y negro a los personajes de sus historias hasta perderlos en un claroscuro.

No es necesario contarle la tristeza a Eloy, quizá el vio que el mundo de la moda es también una zona de guerra, donde también persisten los miedos, la locura y la soledad.

Datos.

La Sombra del Cisne

-La primera exposición fue en la galería, La Petite Poule Noire de París.

-Desde el 5 de agosto hasta el 5 de octubre el trabajo de Eloy se exhibirá en Domaine Sainte Marie en la villa de Bormes. Las Mimosas en Provence.