martes, 16 de abril de 2013

Roger Loayza. Jóvenes corazones rotos




En una ciudad con más de diez millones de habitantes, ¿cuántas historias de amor se inician y cuántas terminan hoy en Lima? Y ese final lo vimos en el desfile de Roger Loayza con las jóvenes con los cabellos húmedos y los ojos marcados en negro de tanto llorar. Por momentos las chicas parecían vírgenes o Sofía Loren con sus inmensos ojos,  y es que no podías permanecer impasible si de fondo tenías a Madonna cantando "Love don´t live here Anymore" de 1984. Las modelos despertaban para nosotros de un mal sueño con mantitas y sweaters de reminiscencia grunge para cubrir el cuerpo y la pena.

Pero a pesar de la historia no fue una colección triste, ni desolada. Porque aparecieron los vestidos de corte minimalista con aplicaciones plateadas, y los corazones rotos parecían estrellas que habían explotado como espejos rotos. Las carteritas con delicados pliegues y cadenas eran pequeñas almohaditas donde recostabas tu cabeza para llorar por las noches. Los vestidos camiseros llegaron con estampados que parecían vidrios rotos pero también mapas que se confundían en una ciudad interminable.

En su línea masculina los chicos salieron vestidos con impecables sweaters, corazones rotos y chaquetas en azul navy, con pantalones en rosa delicado y negro con corte recto.
Sus faldas plisadas perfectas en negro y bronce brillaban con sus blusas y vestidos de azul acero con aplicaciones doradas para la noche. Sus tacones metálicos de estilo Sabrina se convirtieron en las compañeras ideales para caminar por una ciudad donde las estrellas se quedan al lado izquierdo, ahí donde estaba el corazón.

Fotos. Claudia Lobe






















 




 










 








 

































Gerardo Privat. El sueño de la fiesta privada




Capas de terciopelo negro, guantes, blusas con estampados en animal print, faldas largas que dibujaban la figura femenina, chaquetas de cuero con transparencias y cierres dorados ubicados estratégicamente en la cintura y las caderas fueron parte de la idea de una “mujer Privat” que el diseñador ha trabajado con el tiempo y que parece haber consolidado en el mercado con su marca.

Las chicas excesivas y hermosas que Gerado Privat presenta para el invierno llevan faldas transparentes, vestidos dorados con brocados, chaquetas y tops de terciopelo con corte péplum y botas hasta las rodillas. Para el sueño de la fiesta privada las modelos jugaban con sus Iphones, reían, tomaban fotos, y conversaban entre ellas, para enfatizar el concepto de una mujer poderosa que domina a la ciudad, o una parte de ella, con hot pants y cierres dorados para cuerpos perfectos y blusas románticas con cabellos en ondas suaves y labios rojos.
Entre los accesorios sus stilletos dorados con aplicaciones fueron también los favoritos, combinados con vestidos de raso, detalles bordados a mano, y faldas de tul. La transparencia regresa para una colección que considera que la noche siempre es joven. 

Fotos. C. Lobe





















La fiesta privada








 


 




 




 


 


 

Los accesorios