lunes, 8 de noviembre de 2010

La fuga de los muñecos rabiosos


Los niños de Yoshimoto Nara (1959) parecen a punto de estallar. En medio de los colores pastel y su aparente ingenuidad, muestran al mundo su insatisfacción de hombres adultos en sus pequeños cuerpos, con una mirada que los desborda de locura y agresividad. Un mundo interior de monstruos infantiles que los acecha, y por ahí un pequeño Nara, fuma, nada o espera sentado, y te reta. Y a pesar de ello son terribles y encantadores, como un hermanito insatisfecho en la familia, que devora a su entorno de preguntas.
Los niños se han convertido en piezas de colección en el mundo pop, territorio que conquistara el artista japonés en los años 90. La oda a los “juguetes rabiosos” va por el mundo, en cuadernos, polos, esculturas y cuadros, donde se expone toda su potente influencia por su relación con el anime y el rock. Quizá al final en la noche, un pequeño Nara cierra los ojos y sueña, finalmente tranquilo.













































No hay comentarios:

Publicar un comentario