lunes, 29 de noviembre de 2010
Felicity y el paraíso artificial
Felicity Brown esperó su momento, y es la nueva joya británica por aquellos diseños encantadores que parecen imitar el movimiento sinuoso y juguetón de la naturaleza. Por eso ante nuestros ojos, las aves y las flores exóticas encuentran un espacio entre las sedas y la técnica utilizada en el teñido de sus prendas.
Felicity está orgullosa de su inevitable vena romántica y de sus vestidos tan vibrantes como las orquídeas en su colección para el invierno 2010, y quizá los críticos un poco cansados del reino siempre seductor de lo oscuro, por el renacimiento (hace unos años) del estilo punk, gótico y andrógino, se encuentran en la búsqueda del eterno femenino en los vuelos y en las telas que se transforman en papeles de colores colocados en capas como capullos, y que rinden un pequeño homenaje a los pintores como Toulouse Lautrec y Picasso, tan amantes del color y del riesgo como la chica del nombre feliz.
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